LOS CINES PARIS


Una cálida noche de verano barcelonés estaba con los amigos haciendo una cola para entrar a una discoteca en Plaza Real, para matar el tiempo tomábamos cervezas de lata comprada a los ambulantes de la plaza. Se nos acercan 2 chicos preguntando si les podíamos colar, con al broma los colamos. Ya justo en la entrada de la disco estos chicos empezaron a sacar monedas y mas monedas de sus bolsillos mientras, se partían de risa, nos pedían si teníamos alguna moneda para poder llegar a pagar la entrada, les dejamos unas monedas y cada quien entro por su cuenta.

Pedimos algunos cubatas con los amigos, bailamos unas canciones ochenteras y ole me encontré con uno de los chicos de la puerta, nos pusimos a conversar y de pronto encendían las luces y cerraban el chiringuito.
Me despedí de mis amigos y continué dando vueltas por la Plaza Real con Fran (el de la entrada) nos dimos unos besos locos y apasionados atrás de una de las enormes columnas de la plaza y continuamos nuestro camino por las Ramblas comprando mas latas de cerveza a paquistaníes muertos de sueño, vimos como compraban periódicos y pan los vecinos y como los turistas salían de sus hoteles a emprender un nuevo día en Barcelona.

En esos fortuitos momentos de lucidez decidimos Fran y yo ir a la playa...así a bañarnos a orillas del Mediterráneo. Empezamos a bajar por el Portal de Angel, hasta que le digo a Fran: “Mira ese cine...aquí una amiga estreno su primera película”. El me dice “Si, el cine Paris, una pena que lo estén destruyendo...es mas en mi condición de arquitecto me encantan los edificios en ruinas...quieres entrar?
Dude unos segundos, al final le dije “pues entremos”. El sol estaba en el estado de recién salgo, pero espera q picara...abrimos unas rejas y entramos a gatas al lugar. Vaya espectáculo ver ese hermoso cascaron con aires de teatro de inicios de siglo XX, resignándose a ser destruido por algún avaricioso empresario para saber que cosa hacer.
Me sobrecogió verlo, hacia solo unos meses había estado sentada viendo una peli, entrando por los pasillos tapizados con una moqueta roja barata y mi amiga parada en el escenario hablando de lo importante que era para ella estrenar su primera peli en Barcelona rodeada de sus amigos.Todo esto venia a mi mente mientras caminábamos sobre piedras y ladrillos destruidos, escuchando el eco de nuestras pisadas y gritos que hacíamos a propósito para que nuestra propia voz nos respondiera. En el cine sin techo podíamos ver el cielo celeste de verano, tan solo quedaba en pie el escenario y los bastidores, por los cuales estuvimos perdiéndonos y descubriendo los más íntimos sereteos de cines Paris. Llegamos a estar justo debajo de la pantalla y conversábamos de como un actor vería desde la peli a los espectadores. Seguro estaba la q hacia mucho ruido comiendo palomitas, otro durmiendo, las clásicas que hablan durante toda la peli, algunos enamorados dándose besos, otro enfrascado en la trama, una fan enamorada, otros que sueñan con vivir lo que están viendo, otro que hacen sus deseos mas íntimos realidad y un sin fin de deducciones. Entre risas nos empezamos a besar y ....bueno eso lo dejo a la imaginación del lector
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Comentarios

LANENITA ha dicho que…
Es que es un texto precioso... Para comentarlo lo extiendo a más lectores.
Anda que no tienes cosas que contar tú...

http://cassandraabriolacajadepandora.blogspot.com/2009/04/post-de-la-chelita.html
La Monja Loca ha dicho que…
Es increíble que nuestros monumentos estéticos se vayan convirtiendo poco a poco en centros de esclavitud corporativa.
Tenía que comentar este post.
Aquí desde mi encierro siento cómo caen en efecto dominó nuestros sueños de libertad a cambio de multiplex y galerías comerciales de la satisfacción efímera.
Te dejo un pecadillo compañera bloggera.
Pórtate bien, que si te portas mal... me tienes que llamar!!!
Con mucho cariño.
LML